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Mostrando entradas de junio, 2019

ROCHA: BALCÓN AL INFINITO

ROCHA: BALCÓN AL INFINITO Una botella en la playa desierta en una mañana de invierno, fría y extraña. Podría ser el resto de algún amor naufragado, pero no hay carta en su interior que me cuente el porqué de su presencia ni su origen. Solo ella vacía y desnuda. Miro al mar, río grande convertido en océano justo en este lugar, distinto aunque el mismo que baña el lugar donde vivo. Un camino infinito aunque imposible de recorrer con mis pies. Las olas golpean con fuerza las rocas de Punta del Diablo, esculpiendo con paciencia milenaria, pequeños huecos, cavernas que se agrandan minuto a minuto, siglo tras siglo. Nada es igual en este balcón al sur; nada es estático ni inmóvil aunque lo parezca. Desde el grano de arena que vuela a destinos desconocidos o la gota de agua que salpica la orilla para desaparecer anónima, sin sonido. Hasta el cielo hoy negro de tormenta o el viento que trae la tempestad. Esta extraña luz que deja más blanca la playa, que amarrona al

El papel higiénico

PAPEL HIGIÉNICO -  Cuentos de mi padre y sus amigos. Como todas las provisiones, el papel higiénico había sido comprado en unas de las tantas etapas del viaje de ida. En un boliche se compraba el vino, y de paso se disfrutaba de una grapita o caña para no pasar por mal educados frente al bolichero. En otro, se compraba el tabaco y se repetía, acorde a la época, religiosamente el rito: una copita “al paso”. Cuando llegó el turno al papel higiénico, a los compradores se les hizo difícil recordar la cantidad necesaria, y bueno, se compró “al tanteo”.   El día en que se terminó, al Pájaro se le da por querer ir al baño con todos los lujos. La boca se le convirtió en un surtidor de recriminaciones y lamentos hacia sus compañeros: -“¡Con ustedes no se puede salir!, ¡miré usté, no tener papel ni para limpiarse!, ¡semejantes hombres!, ¡qué disparate!”, y así seguía, sin recordar que él también formaba parte de las expediciones de compra y había compartido sus buenas copitas en los

LOS TITANES

LOS TITANES ¿Por qué un lugar tan chiquito al lado del mar se llamaría “Los Titanes”?. Quizás exista (aún no he dado con él) un relato mitológico donde se cuente el origen de este pequeño paraíso. Quizás algunos gigantes cansados de levantar cerros con forma de panes de azúcar o ballenas, se detuvieron a descansar en esta playa, parecida pero no igual a otras, a la vista de una isla árida y pequeña que para ellos estaba al alcance de las manos. Quizás, pienso, se quedaron dormidos mirando como algunas toninas (nuestros delfines criollos) daban saltos en el mar buscando algún ahogado para devolverlo a la orilla. Sus calles angostas de pedregullo van limitando manzanas rústicas pobladas de pinos y eucaliptus donde en aquel tiempo, hace mucho, se perdían sencillas casas de veraneo levantadas en su mayoría por trabajadores de clase media; aquella clase media de los 70. Nuestros padres con mucho esfuerzo, habían cumplido el sueño de “la casita de la playa”. A poco má

LAS PALABRAS SON PÁJAROS

LAS PALABRAS SON PÁJAROS Porque las palabras son pájaros, ¿no lo sabías?. Ellas vuelan si las dejamos salir y existen antes de surcar el espacio que nos separa del otro. Hay palabras con grandes alas que las llevan lejos, allá donde ni siquiera nosotros, sus progenitores, sabemos. Son palabras sin destino que quizás se agoten en el tiempo o si hay suerte, lleguen a algún oído atento que les pregunte de dónde vienen. Palabras viajeras que ya no son nuestras. Hay palabras que poderosas, salen como flechas de nuestra boca, con destino preciso, con un objetivo y una misión. Son palabras de alas robustas y ágiles, tan veloces que no nos da tiempo a detenerlas o cambiarlas antes de que toquen su meta. Son fuertes y por eso, penetran primero en el corazón antes que en la razón. Lo riesgoso de ellas es que no mueren y se repiten, multiplicadas hasta quedar dando vueltas infinitas en el otro. Hay palabras viajeras como palomas mensajeras, que van y vienen cambiadas, tr

UN GOL DE 9

UN GOL DE 9 Matías quería la 9 pero ya no había otra.  Su sueño era meter la pelota allá, en aquel arco.  Pero no estaba convencido que pudiera con ese 6 en la espalda. ¿Dónde se vio un goleador con un 6?. Igual por las dudas ese día, hizo su gol y lo gritó como solo lo hacen los 9...