LA FOTO Cayó a mis pies como una hoja desprendida de algún árbol de recuerdos. Suspendida en el otoño implacable que tozudo, pasa por nosotros una y otra vez. Una fotografía, sepia, triste y abandonada, que a pesar de ese salto al vacío, conservaba el brillo del instante irrecuperable (por ser parte del pasado), de aquellas personas. Y allí estaba, junto a un contenedor de deshechos, resistiendo su destino; prendiéndose obstinada a la baldosa gris con todas sus fuerzas enfrentando al viento que intentaba porfiadamente vencer su resistencia. Ella sabía que si su enemigo lograba levantar un vértice, solo uno, estaría perdida. La miré desde arriba y atraído por su fragilidad, me incliné para tomarla. Pero detuve la mano a pocos centímetros y dudé, y al final, casi rozando su acerada superficie, elegí no profanar la voluntad de quien se hubiese despojado así, de sus recuerdos. Desde el papel desolado, me miraban serios y ajenos a su destino, los personajes ...
Historias, versos y otras yerbas.