MIS ABUELOS PATERNOS EL ABUELO PURO La parquedad de su presencia quizás hacía presumir un espíritu lejano y ausente. No sé si fueron los años, más de veinte, que viví a su lado (mi familia habitaba en el mismo edificio que mis abuelos paternos) los que me acercaron a su persona y me ayudaron a descifrar algunos de sus gestos ocultos. El abuelo Puro tenía su rutina que incluía, sugerir el menú del día a la abuela y pasar por nuestra casa a preguntar qué necesitábamos de la panadería, ya que infaltablemente cumplía ese ritual a la misma hora sin importar la lluvia o el sol. Algunas veces, no lo sé con certeza pero lo imagino, hacía una parada en el bar para cruzar algunas pocas palabras con los parroquianos. Fiel a su tiempo, vestía impecable con su camisa y su corbata (la que ajustaba con un perfecto nudo a su cuello) y muchas veces, su sombrero de ala protegía su calvicie. Lo recuerdo caminando mansamente por las veredas del barrio, deteniéndose a saludar a al...
Historias, versos y otras yerbas.